Agustín de Iturbide, reconocido como uno de los personajes más destacados en la historia de México, fue un militar y político que jugó un papel fundamental en la lucha por la independencia de México en el siglo XIX. Nació el 27 de septiembre de 1783 en la ciudad de Valladolid, actualmente conocida como Morelia, en el estado de Michoacán.

Desde joven, Iturbide se unió al ejército colonial español y luchó en varias campañas militares en distintas partes de México. Durante su carrera militar, se le otorgaron varios ascensos y reconocimientos por su valentía y liderazgo. Aunque inicialmente Iturbide sirvió al gobierno español, con el tiempo su postura comenzó a cambiar y su descontento con el trato que recibía México por parte de la corona española se hizo evidente.

Iturbide se convirtió en una figura clave en el proceso de independencia de México. En 1820, el rey de España fue derrocado y se estableció un gobierno liberal en el que se promovían nuevas leyes y reformas. Ante este panorama, Iturbide comenzó a idear un plan para lograr la independencia de México y consolidar un nuevo régimen político.

En 1821, Iturbide proclamó el Plan de Iguala, también conocido como los Tratados de Córdoba, que establecía la independencia de México y la formación de un imperio mexicano con Iturbide como emperador. Este plan contaba con el apoyo de los criollos, quienes buscaban asegurar su posición privilegiada en el nuevo gobierno, y de los realistas, que veían en Iturbide una figura que podía garantizar cierta estabilidad política.

El Plan de Iguala fue recibido con entusiasmo en México y logró unificar a diversos grupos que buscaban la independencia. Iturbide y el general Vicente Guerrero firmaron los tratados que pusieron fin a la guerra de independencia y establecieron las bases para el nuevo gobierno. El 27 de septiembre de 1821, Iturbide entró triunfante a la Ciudad de México y fue recibido por una multitud enardecida.

Sin embargo, el sueño de un imperio mexicano bajo el reinado de Iturbide no duró mucho tiempo. Su gobierno se enfrentó a numerosos desafíos, incluyendo la resistencia de diversos grupos a aceptar su autoridad y sus intentos por consolidar un sistema de gobierno autoritario. Además, las tensiones económicas y sociales comenzaron a hacerse evidentes y a generar descontento entre la población.

En 1823, Iturbide fue destituido y exiliado tras un levantamiento en su contra conocido como el Plan de Casa Mata. Aunque intentó regresar al poder, su intento fue derrotado y finalmente fue capturado y juzgado. El 19 de julio de 1824, Agustín de Iturbide fue fusilado en Padilla, Tamaulipas, poniendo fin a su controvertida carrera política.

La figura de Agustín de Iturbide ha sido objeto de debate en la historia de México. Para algunos, es considerado un traidor a la causa de la independencia y un déspota que intentó imponer su voluntad sobre el país. Para otros, sin embargo, Iturbide es recordado como uno de los líderes clave en el proceso de independencia y como un hombre que buscó establecer una nueva forma de gobierno para México.

Independientemente de las opiniones que se tengan sobre su figura, no se puede negar el impacto que Agustín de Iturbide tuvo en la historia de México. Su proclamación del Plan de Iguala y la firma de los tratados de independencia sentaron las bases para la formación de un nuevo país y marcaron el inicio de una lucha por el establecimiento de un gobierno basado en principios republicanos. Aunque su intento por establecer un imperio fracasó, su legado como líder militar y político sigue siendo objeto de estudio y análisis en la actualidad.