Construcción de la ciudad prehispánica de Tula por los toltecas en el siglo X

La construcción de la ciudad prehispánica de Tula por los toltecas en el siglo X representa un capítulo fascinante en la historia antigua de México. Ubicada en la región central del país, Tula fue la capital de la civilización tolteca, un pueblo que dejó un legado duradero en la cultura mesoamericana. La ciudad floreció entre los años 900 y 1150 d.C., siendo un centro de poder político, económico y religioso. La elección del sitio para la construcción de Tula no fue accidental. La ciudad se estableció estratégicamente en una posición que le permitía controlar rutas comerciales importantes y tener acceso a recursos naturales clave. Su ubicación en la cuenca del río Tula contribuyó a su prosperidad, ya que facilitó la agricultura y el comercio. Uno de los elementos arquitectónicos más distintivos de Tula es el conjunto de las famosas "atlantes" o "guerreros toltecas". Estas esculturas colosales, representando a guerreros ataviados con atuendos y armas características, eran colocadas en la plataforma superior del Templo de Tlahuizcalpantecuhtli. Estas figuras gigantes, que hoy en día son emblemáticas de Tula, sirvieron como guardianes y protectores de la ciudad. El Templo de Tlahuizcalpantecuhtli, dedicado al dios de la estrella de la mañana, es otro testimonio de la maestría arquitectónica tolteca. La pirámide estaba decorada con relieves y esculturas que mostraban la influencia de otras culturas mesoamericanas, como la maya y la teotihuacana. La arquitectura de Tula también incluía complejos residenciales, áreas para la práctica de rituales y espacios destinados a actividades ceremoniales. El Palacio Quemado es otro ejemplo destacado, con columnas decoradas y relieves que narran historias míticas y eventos importantes en la cosmogonía tolteca. La importancia de Tula no solo radicaba en su arquitectura imponente, sino también en su papel como centro ceremonial y político. La ciudad tolteca influyó en otras culturas de la región y más allá, y su legado perdura en las tradiciones y mitos de las civilizaciones posteriores. Aunque Tula experimentó un declive hacia el final del periodo posclásico, su influencia se extendió a otras culturas mesoamericanas, incluidos los mexicas, quienes veneraban a los toltecas como maestros culturales. La ciudad, en ruinas en la actualidad, es un sitio arqueológico de gran importancia y un testimonio tangible del esplendor de la civilización tolteca en el México prehispánico.

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