Inauguración de la Ciudad Universitaria de la UNAM en 1952

La Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no solo es un símbolo de la educación superior en el país, sino también un espacio donde la historia, la cultura y la arquitectura convergen. Desde sus orígenes, este emblemático recinto ha sido testigo de momentos cruciales en la formación académica de generaciones enteras, reflejando el espíritu de innovación y búsqueda del conocimiento que caracteriza a la universidad. Su diseño y construcción, impulsados por un compromiso con la educación, han hecho de este lugar un referente tanto nacional como internacional.

El estilo arquitectónico que predomina en la Ciudad Universitaria es un testimonio de la creatividad y el talento de destacados arquitectos, quienes han dejado su huella en edificios emblemáticos que hoy son parte del paisaje urbano de la Ciudad de México. A lo largo de sus amplios espacios, se encuentran no solo aulas y laboratorios, sino también instalaciones culturales y recreativas que enriquecen la experiencia de estudiantes y visitantes. Este entorno propicio para el aprendizaje y la creatividad ha sido fundamental en la evolución de la educación superior en el país.

La inauguración oficial de la Ciudad Universitaria en 1952 marcó el inicio de una nueva era para la UNAM y su comunidad. Este acontecimiento no solo fue celebrado con entusiasmo, sino que también sentó las bases para el desarrollo académico y cultural en México. A través de los años, la Ciudad Universitaria ha sido el escenario de numerosas conmemoraciones y eventos que han reforzado su significado en la vida académica y social. Sin duda, su legado perdura, reflejando los cambios y la modernización que han ocurrido a lo largo de las décadas, manteniendo siempre su esencia como un faro de educación y cultura en el contexto actual.

Contexto histórico de la Ciudad Universitaria

La Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es un símbolo de la educación y la cultura en México. Su historia se remonta a varias décadas, reflejando cambios significativos en el panorama educativo del país. Para entender su contexto histórico, es esencial explorar los orígenes de la UNAM y el proceso de construcción y diseño de este emblemático campus.

Orígenes de la UNAM

La UNAM fue fundada en 1910, aunque sus raíces se remontan a la Real y Pontificia Universidad de México, establecida en 1551. A lo largo de los siglos, la universidad experimentó diferentes transformaciones y periodos de crisis, especialmente durante el Porfiriato y la Revolución Mexicana, que llevaron a una reconfiguración de su estructura y funciones. En este contexto, la UNAM surgió como un proyecto nacional que buscaba democratizar el acceso a la educación superior.

Durante la primera mitad del siglo XX, la UNAM se consolidó como una institución clave para la formación de profesionales en diversas disciplinas. En 1929, se estableció como una universidad autónoma, lo que le otorgó mayor libertad académica y administrativa. Este periodo fue fundamental para la creación de una identidad universitaria que buscaba reflejar la diversidad y pluralidad de la sociedad mexicana.

Proceso de construcción y diseño

La decisión de construir la Ciudad Universitaria fue impulsada en la década de 1930 por la necesidad de contar con un espacio adecuado que albergara a una creciente comunidad estudiantil y académica. En 1943, el gobierno mexicano, bajo la presidencia de Manuel Ávila Camacho, aprobó la construcción de un nuevo campus en un terreno ubicado al sur de la Ciudad de México. Este proyecto fue concebido no solo como un espacio físico, sino también como un símbolo del progreso y la modernidad del país.

El diseño de la Ciudad Universitaria fue encargado al arquitecto Mario Pani, quien propuso un plan urbanístico que integraba edificios académicos, áreas recreativas y espacios culturales en una relación armónica con el entorno natural. La construcción comenzó en 1949 y se llevó a cabo en varias etapas, con la participación de destacados arquitectos, ingenieros y artistas. Entre ellos, se encontraban figuras como Juan O'Gorman y Siqueiros, que aportaron su visión al proyecto.

El campus fue diseñado bajo principios de funcionalismo y modernismo, características que marcarían el desarrollo arquitectónico de la época. La Ciudad Universitaria fue inaugurada oficialmente el 20 de noviembre de 1952, y su diseño recibió el reconocimiento internacional, destacando la importancia de la educación superior en la construcción de una nación.

La construcción de la Ciudad Universitaria no solo representó un avance en la infraestructura educativa del país, sino que también simbolizó un compromiso con la cultura y el arte. La integración de murales, esculturas y otras obras de arte en el campus refleja la riqueza cultural de México y su historia, convirtiendo a la Ciudad Universitaria en un espacio educativo y cultural único en el mundo.

Arquitectura y urbanismo de la Ciudad Universitaria

La Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no solo es un centro educativo de gran relevancia en el país, sino que también es un hito arquitectónico y urbanístico. Desde su diseño inicial hasta sus edificios emblemáticos, la Ciudad Universitaria es un reflejo del pensamiento moderno y de la búsqueda de una educación integral que fomente no solo el conocimiento, sino también la cultura y el bienestar social. Este apartado profundiza en el estilo arquitectónico y los edificios que la conforman, así como en los espacios culturales y recreativos que la enriquecen.

Estilo arquitectónico y edificios emblemáticos

La Ciudad Universitaria fue concebida en la década de 1940 bajo la dirección del arquitecto Mario Pani, quien propuso un diseño que integrara la arquitectura moderna con la naturaleza. Este enfoque buscaba crear un ambiente propicio para el aprendizaje y la reflexión, donde los espacios educativos estuvieran en armonía con el entorno. El estilo arquitectónico predominante en la Ciudad Universitaria es el modernismo, caracterizado por líneas limpias, funcionalidad y el uso de nuevos materiales como el concreto armado y el vidrio.

Uno de los edificios más emblemáticos es la Biblioteca Central, que se erige como un símbolo de la UNAM. Su diseño, realizado por el arquitecto Juan O'Gorman, destaca por su mural de mosaicos que representa la historia de México, fusionando así el arte y la arquitectura. La Biblioteca Central no solo es un espacio para el estudio, sino que también se ha convertido en un punto de encuentro cultural, albergando exposiciones y eventos académicos.

Otro edificio icónico es el Auditorio Alfonso Caso, un espacio dedicado a conferencias, conciertos y actividades culturales. Su diseño, que combina modernidad con funcionalidad, permite una excelente acústica, lo que ha atraído a numerosos artistas y académicos a presentarse en su escenario. Este auditorio simboliza el compromiso de la UNAM con la difusión de la cultura y el conocimiento.

La Escuela Nacional de Artes Plásticas y la Facultad de Arquitectura también son ejemplos de la riqueza estética y funcional de la Ciudad Universitaria. Ambas facultades están diseñadas para fomentar la creatividad y la innovación, ofreciendo espacios que se adaptan a las necesidades de sus estudiantes y profesores. La integración de áreas verdes y patios en estos edificios promueve un ambiente de colaboración y aprendizaje.

Un aspecto distintivo de la arquitectura de la Ciudad Universitaria es su uso del color. Los edificios presentan una paleta de colores que va desde el beige y el blanco hasta tonos más vibrantes, lo que resalta la diversidad de la vida académica y cultural que se desarrolla en el campus. Esta elección cromática, junto con el uso de mosaicos y esculturas, contribuye a crear un entorno estimulante y acogedor.

Espacios culturales y recreativos

La Ciudad Universitaria no solo se centra en la educación formal, sino que también se erige como un centro cultural y recreativo. Los espacios diseñados para el esparcimiento y la cultura son fundamentales para el desarrollo integral de los estudiantes. Uno de los principales espacios recreativos es el Jardín Botánico, que alberga una amplia variedad de especies vegetales, muchas de ellas endémicas de México. Este jardín no solo es un lugar para el ocio, sino también un espacio de estudio para los estudiantes de biología y ecología.

El Estadio Olímpico Universitario, sede de los Juegos Olímpicos de 1968, es otro de los espacios emblemáticos que combina deporte y arquitectura. Diseñado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, este estadio no solo es un lugar para la práctica deportiva, sino que también es un símbolo de la cultura universitaria. Su diseño funcional y estético lo convierte en un ícono del modernismo mexicano.

Además, la Ciudad Universitaria cuenta con el Centro Cultural Universitario, que alberga diversas actividades artísticas y culturales, incluyendo teatro, música y danza. Este espacio es clave para la formación de una comunidad universitaria activa y comprometida con la cultura. Las galerías y espacios de exposición permiten que los estudiantes y profesores presenten sus trabajos, enriqueciendo así la vida cultural del campus.

La Cineteca Nacional, ubicada dentro de la Ciudad Universitaria, es otro de los espacios que promueve la cultura y el cine mexicano. Este centro no solo ofrece proyecciones de películas, sino que también organiza festivales y actividades relacionadas con la cinematografía, convirtiéndose en un punto de encuentro para los amantes del cine.

En términos de urbanismo, la Ciudad Universitaria se caracteriza por su diseño que favorece la movilidad y la accesibilidad. Las amplias avenidas y senderos peatonales invitan a los usuarios a recorrer el campus, promoviendo un ambiente de convivencia y aprendizaje. El uso de áreas verdes y espacios abiertos es fundamental para el bienestar de los estudiantes y el personal académico, creando un entorno saludable y propicio para la creatividad.

Finalmente, la Ciudad Universitaria ha sido reconocida como Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2007. Este reconocimiento no solo resalta su valor arquitectónico y urbanístico, sino también su importancia como centro cultural y educativo en el contexto de la historia de México. La preservación de su legado es fundamental para las futuras generaciones, asegurando que la Ciudad Universitaria continúe siendo un espacio de aprendizaje, cultura y recreación.

En resumen, la arquitectura y el urbanismo de la Ciudad Universitaria son reflejos del compromiso de la UNAM con la educación superior, la cultura y el bienestar social. Los edificios emblemáticos y los espacios recreativos no solo enriquecen la experiencia educativa, sino que también contribuyen a la formación de una comunidad universitaria activa y comprometida.

La importancia de la inauguración en 1952

La inauguración de la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 1952 marcó un hito significativo en la historia de la educación superior en el país. Este evento no solo simbolizó la culminación de un ambicioso proyecto arquitectónico y urbanístico, sino que también reflejó un cambio profundo en las dinámicas educativas, sociales y culturales de México. En esta sección, se explorará el impacto de esta inauguración en la educación superior en México, así como las reacciones de la comunidad académica y estudiantil, que fueron fundamentales para entender la relevancia de este acontecimiento.

Impacto en la educación superior en México

La inauguración de la Ciudad Universitaria fue un momento crucial en la historia de la educación superior en México, ya que estableció un nuevo paradigma para las instituciones educativas en el país. Antes de este evento, la educación superior estaba en gran medida fragmentada y limitada a unas pocas instituciones que carecían de la infraestructura adecuada para ofrecer una educación de calidad. La UNAM, al trasladar su sede a este nuevo campus, no solo amplió su capacidad de matrícula, sino que también elevó su perfil académico y cultural.

Uno de los principales logros de la inauguración fue la consolidación de la UNAM como la principal institución educativa del país. Este cambio se vio reflejado en un aumento significativo en la matrícula estudiantil, que pasó de aproximadamente 30,000 estudiantes en 1945 a más de 60,000 en la década de 1960. Este crecimiento no solo implicó un aumento en el número de estudiantes, sino que también representó una diversificación en las áreas de estudio ofrecidas, permitiendo que más jóvenes accedieran a una educación superior de calidad.

La Ciudad Universitaria se diseñó para ser un espacio integral que fomentara la investigación, el debate intelectual y la formación integral de los estudiantes. Con una serie de facultades y escuelas que abarcaban desde las ciencias sociales hasta las ingenierías, el campus se convirtió en un epicentro del conocimiento y la innovación en México. Esto tuvo un efecto dominó en otras instituciones de educación superior, inspirando reformas y mejoras en su infraestructura y programas académicos.

El impacto de la inauguración se extendió más allá del ámbito académico. La UNAM, a través de su nuevo campus, comenzó a jugar un papel más activo en la vida social, cultural y política del país. La creación de espacios para la cultura, la música y el arte dentro de la Ciudad Universitaria fomentó un ambiente propicio para la expresión creativa y el pensamiento crítico, convirtiendo a la universidad en un centro de referencia no solo educativo, sino también cultural.

Reacciones de la comunidad académica y estudiantil

La inauguración de la Ciudad Universitaria fue recibida con entusiasmo por parte de la comunidad académica y estudiantil. Este evento fue visto como una oportunidad para revitalizar la UNAM y posicionarla como un referente en el ámbito educativo internacional. Los docentes, muchos de los cuales fueron parte activa en el diseño y planificación del campus, expresaron su satisfacción al ver cumplido un sueño que habían perseguido por años: contar con un espacio moderno y funcional que respondiera a las necesidades de una educación en constante evolución.

Los estudiantes también jugaron un papel crucial en las celebraciones de la inauguración. La nueva infraestructura y los modernos espacios de aprendizaje generaron un sentido de pertenencia y orgullo entre los alumnos. La inauguración se convirtió en un evento que simbolizaba no solo el crecimiento de la UNAM, sino también la esperanza de una juventud que anhelaba un futuro mejor a través de la educación. Muchos estudiantes se sintieron inspirados a involucrarse más activamente en la vida universitaria y en los movimientos sociales y políticos que definieron esa época.

Además, la inauguración fue un momento de reflexión sobre el papel de la universidad en la sociedad mexicana. La comunidad académica debatió sobre la responsabilidad social de la educación superior y su capacidad para contribuir al desarrollo del país. Esto llevó a la creación de iniciativas y programas que buscaban acercar la educación a sectores marginados y fomentar la inclusión social, estableciendo a la UNAM como un actor clave en la promoción de la justicia social en México.

El impacto de la inauguración también se sintió en las relaciones internacionales de la UNAM. La modernización del campus y su enfoque en la educación de calidad atrajeron la atención de académicos y estudiantes de otros países, fomentando el intercambio cultural y académico. La UNAM comenzó a establecer convenios con universidades de todo el mundo, lo que no solo enriqueció la experiencia educativa de sus alumnos, sino que también consolidó su reputación como una de las principales universidades de América Latina.

En resumen, la inauguración de la Ciudad Universitaria en 1952 no solo fue un logro arquitectónico, sino que representó un cambio paradigmático en la educación superior en México. A través de su impacto en la matrícula, la calidad educativa y el compromiso social, la UNAM estableció un nuevo estándar que continúa influyendo en la educación superior del país. Las reacciones positivas de la comunidad académica y estudiantil reflejan la importancia de este evento en la historia de la universidad y su papel en el desarrollo de una sociedad más justa y equitativa.

Eventos conmemorativos y celebraciones

La Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no solo es un ícono arquitectónico y cultural, sino que también ha sido el escenario de innumerables eventos conmemorativos y celebraciones a lo largo de su historia. Desde su inauguración en 1952, estos eventos han sido fundamentales para fortalecer la identidad de la comunidad universitaria y su vínculo con la sociedad en general. Este apartado se centra en dos aspectos clave: las ceremonias de inauguración y las diversas actividades culturales y académicas que han tenido lugar desde entonces.

Ceremonias de inauguración

La inauguración de la Ciudad Universitaria en 1952 fue un evento monumental que marcó un hito en la educación superior en México. La ceremonia, presidida por el entonces presidente de la república, Miguel Alemán Valdés, fue un reflejo del compromiso del gobierno mexicano con la educación y el desarrollo cultural del país. Este acto no solo celebró la finalización de un proyecto arquitectónico sin precedentes, sino que también simbolizó la esperanza de un futuro más brillante para la educación universitaria en México.

Durante la ceremonia de inauguración, se llevaron a cabo discursos de dignatarios, académicos y estudiantes que resaltaron la importancia de la educación como motor de cambio social. El rector de la UNAM en ese entonces, el Dr. Manuel Gómez Morín, enfatizó la misión de la universidad como un espacio de libertad y pensamiento crítico. La ceremonia fue acompañada por presentaciones culturales, incluyendo danzas y música, que mostraron la riqueza de la cultura mexicana y su vínculo con la educación.

Desde esa primera inauguración, la Ciudad Universitaria ha sido el escenario de numerosos eventos conmemorativos. Cada año, la comunidad universitaria celebra el aniversario de su fundación con ceremonias que incluyen la entrega de reconocimientos a destacados académicos y estudiantes, así como actividades culturales que fomentan la participación de toda la comunidad. Estas celebraciones son un recordatorio del legado que representa la Ciudad Universitaria, así como de su rol en la historia de México.

Actividades culturales y académicas desde 1952

La Ciudad Universitaria no solo ha sido un centro educativo, sino también un núcleo cultural vibrante. Desde su inauguración, ha sido sede de una amplia gama de actividades culturales y académicas que han enriquecido la vida universitaria y la relación de la UNAM con la sociedad. Estas actividades incluyen conferencias, exposiciones, presentaciones artísticas, y festivales que han logrado atraer tanto a estudiantes como a miembros de la comunidad en general.

Uno de los eventos más destacados es la Feria Internacional del Libro, que se ha celebrado anualmente en la Ciudad Universitaria desde sus inicios. Este evento reúne a escritores, académicos y lectores de todo el mundo, convirtiéndose en una plataforma importante para la difusión de la literatura y el pensamiento crítico. La feria incluye presentaciones de libros, mesas redondas y talleres, lo que la convierte en un espacio de intercambio cultural invaluable.

Otro evento significativo es el Festival Internacional de Cine de la UNAM, que ha crecido en popularidad y prestigio a lo largo de los años. Este festival ofrece una selección de películas de diversas partes del mundo y promueve el cine como una forma de arte y medio de expresión social. La participación de cineastas, críticos y académicos en este festival ha permitido que la Ciudad Universitaria se convierta en un punto de referencia en el ámbito cinematográfico nacional e internacional.

Las actividades académicas también han sido una parte esencial de la vida en la Ciudad Universitaria. Conferencias magistrales, simposios y foros sobre temas actuales son organizados regularmente, atrayendo a expertos de diversas disciplinas. Estos eventos no solo enriquecen la formación académica de los estudiantes, sino que también fomentan un diálogo crítico sobre los desafíos contemporáneos que enfrenta la sociedad.

A lo largo de los años, la UNAM ha buscado mantener su compromiso con la educación y la cultura a través de la organización de eventos que reflejen los valores y objetivos de la institución. Las actividades culturales y académicas en la Ciudad Universitaria han contribuido a forjar una identidad colectiva entre estudiantes, académicos y la comunidad en general, creando un sentido de pertenencia y orgullo por ser parte de una de las universidades más importantes de América Latina.

La diversidad de eventos conmemorativos y celebraciones en la Ciudad Universitaria es testimonio de su evolución como un espacio dinámico que trasciende la educación formal. Cada evento no solo celebra la historia de la UNAM, sino que también invita a la reflexión sobre el presente y el futuro de la educación y la cultura en México.

Legado y evolución de la Ciudad Universitaria

La Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es un espacio emblemático no solo por su arquitectura y diseño, sino por la profunda huella que ha dejado en el ámbito educativo, cultural y social del país. Desde su inauguración en 1952, este campus ha experimentado importantes transformaciones que reflejan las dinámicas cambiantes de la educación superior, el impacto de los movimientos sociales y las nuevas exigencias del mundo contemporáneo. En este contexto, es fundamental explorar los cambios y modernización que ha vivido la Ciudad Universitaria a lo largo de los años, así como su relevancia en el México actual.

Cambios y modernización a lo largo de los años

Desde su apertura, la Ciudad Universitaria ha sido un espacio en constante evolución. A medida que la UNAM crecía en número de estudiantes y en oferta académica, la infraestructura del campus tuvo que adaptarse a estas demandas. En las décadas posteriores a su inauguración, se llevaron a cabo diversas obras y ampliaciones que no solo enriquecieron el paisaje arquitectónico, sino que también respondieron a la necesidad de contar con instalaciones modernas y funcionales.

Durante los años sesenta y setenta, se implementaron cambios significativos en la infraestructura de la Ciudad Universitaria. Se construyeron nuevos edificios que albergaron facultades, laboratorios y espacios recreativos. Un ejemplo de esto es la creación del Centro Cultural Universitario, que se estableció como un punto de encuentro para actividades artísticas y culturales, ampliando la oferta de la UNAM más allá de las aulas. Este centro incluye instalaciones como el Teatro Juan Ruiz de Alarcón y el Cineclub, que han sido fundamentales para la difusión cultural.

En la década de los ochenta, la UNAM se enfrentó a retos significativos, incluyendo crisis económicas que afectaron a las instituciones educativas en México. Sin embargo, a pesar de las limitaciones presupuestarias, la UNAM continuó con sus proyectos de modernización. Se dio especial énfasis a la tecnología y la investigación, lo que llevó a la creación de nuevos laboratorios y centros de investigación. Esto también incluyó la introducción de la educación a distancia y el uso de tecnologías digitales, algo que se ha vuelto aún más crucial en el contexto actual de la educación global.

En la actualidad, la Ciudad Universitaria sigue siendo un ejemplo de modernización y adaptación. La UNAM ha implementado iniciativas de sustentabilidad y cuidado del medio ambiente, que incluyen la instalación de paneles solares y sistemas de recolección de agua de lluvia. Estas acciones no solo han mejorado la eficiencia energética de los edificios, sino que también han posicionado a la universidad como líder en prácticas sostenibles en el ámbito académico.

La Ciudad Universitaria en el contexto actual

El contexto actual de la Ciudad Universitaria es testimonio de su capacidad para adaptarse a los tiempos cambiantes. En un mundo cada vez más interconectado y digital, la UNAM ha tomado medidas para integrar la educación en línea y la formación continua en su oferta académica. Esto ha sido especialmente relevante en el contexto de la pandemia de COVID-19, donde la educación a distancia se convirtió en una necesidad. La UNAM, con su infraestructura y recursos, se posicionó como un referente en la educación superior en línea en México y América Latina.

Además, la Ciudad Universitaria ha mantenido su compromiso con la inclusión y la diversidad. A través de diferentes programas y políticas, la universidad ha buscado garantizar el acceso a la educación superior a grupos históricamente marginados, incluyendo estudiantes de comunidades indígenas y de bajos recursos. Este enfoque ha sido clave para fortalecer la misión de la UNAM como una institución pública y de calidad, que busca contribuir al desarrollo social y cultural del país.

La Ciudad Universitaria también ha sido el escenario de importantes movimientos sociales y culturales. En diferentes momentos de su historia, los estudiantes han utilizado este espacio para organizarse y manifestarse en favor de diversas causas, desde la defensa de los derechos humanos hasta la lucha por la justicia social. Esta tradición de activismo se mantiene viva hoy en día, con estudiantes que continúan utilizando su voz para abogar por cambios en la política educativa y social.

En el ámbito cultural, la Ciudad Universitaria sigue siendo un punto de referencia en la vida cultural de México. La programación artística es diversa y abarca desde exposiciones de arte contemporáneo hasta conciertos de música clásica. La UNAM ha fomentado colaboraciones con instituciones culturales tanto nacionales como internacionales, lo que ha permitido enriquecer la oferta cultural y atraer a una audiencia diversa.

A medida que la Ciudad Universitaria avanza hacia el futuro, se enfrenta a nuevos desafíos, como la necesidad de integrar la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías en el currículo académico. La UNAM también está trabajando en fortalecer su vinculación con el sector empresarial y la comunidad, buscando no solo formar profesionales competentes, sino también ciudadanos responsables y comprometidos con su entorno.

Un legado perdurable

El legado de la Ciudad Universitaria es innegable. Más allá de ser un espacio físico, representa un modelo de educación superior que busca ser inclusivo, innovador y socialmente responsable. La UNAM ha desempeñado un papel crucial en la formación de profesionales que han contribuido al desarrollo del país en diversas áreas, desde la ciencia y la tecnología, hasta el arte y las humanidades.

En un mundo que enfrenta desafíos como el cambio climático, la desigualdad y la crisis de salud pública, el compromiso de la UNAM con la investigación, la educación y la cultura se vuelve más relevante que nunca. La Ciudad Universitaria, con su rica historia y su continuo proceso de modernización, se erige como un faro de esperanza y un ejemplo de cómo la educación puede transformar vidas y sociedades.

El futuro de la Ciudad Universitaria dependerá de su capacidad para seguir adaptándose a un entorno global en constante cambio, manteniendo su esencia como un espacio de conocimiento, innovación y compromiso social. En este sentido, la UNAM continúa siendo un pilar fundamental para la construcción de un México más justo, equitativo y sostenible.

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