La figura de Juan de Zumárraga es sin duda una de las más destacadas durante el proceso de conquista de México. Nacido en Durango, España, en 1468, Zumárraga se convirtió en el primer obispo de México y jugó un papel fundamental en la introducción del catolicismo en México, así como en la evangelización de los pueblos indígenas.

Juan de Zumárraga llegó a México en 1528, enviado por el rey Carlos I de España con la misión de establecer una iglesia en el territorio recién conquistado. Desde el inicio, Zumárraga se enfrentó a grandes desafíos, ya que debía lidiar tanto con la resistencia de los indígenas a abandonar sus tradiciones religiosas como con los propios conquistadores españoles, muchos de los cuales no veían con buenos ojos la presencia de una figura eclesiástica tan poderosa.

Sin embargo, Zumárraga supo ganarse la confianza tanto de los indígenas como de los españoles, convirtiéndose en una figura respetada y admirada. Fue clave en la fundación de la Universidad de México, la cual tuvo un papel fundamental en la educación y formación de las élites mexicanas durante la colonia. Además, también tuvo un papel importante en la promoción de la cultura indígena, impulsando la traducción de textos religiosos al náhuatl y apoyando la creación de bibliotecas en los monasterios.

No obstante, no podemos evadir el hecho de que Zumárraga también estuvo involucrado en episodios oscuros durante la conquista. Fue uno de los principales defensores de la política de evangelización forzada, que buscaba imponer el catolicismo a través de la violencia y la coerción. Es conocido, por ejemplo, que fue uno de los impulsores de la quema de los códices indígenas, considerados paganos y heréticos.

A pesar de sus controversias, la figura de Zumárraga forma parte indiscutible de la historia de México. Su labor como obispo y su apoyo a la cultura indígena marcaron un hito en la evangelización de América y sentaron las bases para el sincretismo religioso que caracterizó al México colonial. Su legado se encuentra presente en la arquitectura religiosa del país, en los escritos que conservamos de la época y en la formación de la identidad mexicana.

En conclusión, Juan de Zumárraga fue un personaje clave en la Conquista de México. Si bien su figura está marcada por luces y sombras, su labor como obispo y su apoyo a la cultura indígena lo convierten en una pieza fundamental para comprender la historia religiosa y cultural de México. Su legado, aunque controvertido, es parte indiscutible del acervo histórico de México y merece ser estudiado y debatido desde diversas perspectivas.