La visión española de la Conquista de México: una perspectiva desde la literatura colonial

La Conquista de México es un episodio histórico lleno de complejidades y matices, donde la interacción entre distintos mundos culturales dio lugar a una serie de textos y relaciones que han llegado hasta nosotros a través de la literatura colonial. La visión española de la Conquista se encuentra plasmada en diversos documentos escritos por conquistadores, cronistas y misioneros que ofrecieron sus propias interpretaciones de los acontecimientos. Esta perspectiva, aunque parcial y frecuentemente cargada de justificaciones y objetivos específicos, proporciona una rica fuente de información sobre los eventos y la mentalidad de la época.

Uno de los textos más emblemáticos es la "Cartas de Relación" de Hernán Cortés. Estas cartas dirigidas al rey Carlos I de España no sólo detallan las acciones bélicas y las estrategias implementadas, sino que también presentan una visión de los pueblos indígenas y su cultura desde la óptica de Cortés. A través de estos escritos, Cortés buscaba legitimar sus acciones y asegurarse la aprobación y respaldo del monarca. Es notable cómo describe los asombrosos avances y la organización de Tenochtitlán, buscando mostrar la magnitud de su hazaña y la riqueza de las tierras conquistadas.

Fray Bernardino de Sahagún, un misionero franciscano, compiló el monumental "Historia General de las Cosas de la Nueva España", un documento que resalta por su intento de comprender y registrar las costumbres y creencias de los pueblos indígenas. Aunque su obra buscaba apoyar la labor evangelizadora, Sahagún intentó ofrecer una visión más detallada y menos prejuiciosa, entrevistando a informantes indígenas. No obstante, incluso este esfuerzo muestra la inevitable alteración de la visión indígena a través del filtro cultural europeo y el propósito de conversión religiosa.

Antonio de Solís, cuyo "Historia de la Conquista de México" es considerado uno de los grandes exponentes de la literatura colonial, ofrece una narrativa que es tanto histórica como literaria. Su obra, escrita ya en el siglo XVII, reinterpreta los eventos de la Conquista desde una óptica profundamente influenciada por el barroco y el contrarreformismo. Solís exalta las figuras de los conquistadores y enfatiza la providencia divina en la victoria española, presentando la Conquista como un conflicto entre el bien y el mal, donde los españoles son los instrumentos de la voluntad divina para llevar la civilización y la fe cristiana a los pueblos indígenas.

El "Lienzo de Tlaxcala", aunque no es un texto literario en sentido estricto, es una fuente iconográfica que se entrelaza con los escritos de la época. Elaborado por los tlaxcaltecas, aliados de los españoles, este lienzo cuenta con una serie de imágenes que relatan la Conquista desde la perspectiva de estos aliados indígenas. La narrativa visual, aunque influenciada por el contexto español, también muestra elementos de resistencia y adaptación cultural, siendo un testimonio de la interacción entre los dos mundos.

La obra de Bernal Díaz del Castillo, "Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España", ofrece una perspectiva diferente, donde este soldado raso de Cortés intenta corregir y complementar la visión de sus superiores. Su narrativa es más detallada y personal, resaltando el sufrimiento y sacrificio de los soldados rasos. La autonomía de Díaz del Castillo en su relato proporciona una visión más humana y menos heroica, aunque no deja de intentar justificar la Conquista y las acciones de los españoles mediante relatos de valentía y determinación.

A través de todas estas obras, la visión española de la Conquista de México emerge como una narrativa compleja y multifacética, en la que la justificación religiosa y la glorificación de la valentía se combinan con detallados relatos de los eventos. La literatura colonial no solo buscaba registrar, sino también imponer una visión y una memoria colectiva favorable a los intereses de la Corona y de los propios autores.

Un elemento crucial en la visión española es la representación de los indígenas. Frecuentemente, los textos de la época oscilan entre la admiración por la avanzada civilización mesoamericana y una despectiva perspectiva eurocéntrica que los considera bárbaros necesitados de evangelización. Este dualismo refleja el conflicto interno de los españoles, que por un lado reconocían la valentía y la habilidad de sus adversarios, pero por otro necesitaban justificar la conquista y la brutalidad de sus acciones.

Es también significativo cómo la literatura colonial emplea el concepto de destino manifiesto. En muchas obras se observa una inevitabilidad histórica, donde la Conquista se presenta como una misión divina predestinada. Este recurso literario no solo glorifica la expansión española, sino que también minimiza la resistencia y las complejas redes de lealtad y conflicto entre los pueblos indígenas.

La influencia de los relatos españoles sobre la Conquista ha sido perdurable. La narrativa dominante configurada por los escritores coloniales ha formado parte del imaginario colectivo durante siglos y ha complicado la recuperación de voces indígenas. Sin embargo, estudios contemporáneos intentan desentrañar y presentar una visión más equilibrada y crítica del periodo.

La complejidad de la visión española también se observa en la diversidad de interpretaciones entre los autores. Mientras Cortés y Solís tienden a exaltar la glorias y el heroísmo de los conquistadores, Sahagún y Díaz del Castillo introducen elementos de crítica y observaciones detalladas que matizan las narrativas heroicas y proporcionan un retrato más complejo del encuentro entre dos mundos.

En última instancia, la literatura colonial sobre la Conquista de México es un reflejo de la mentalidad de la época: una mezcla de asombro, superioridad eurocéntrica, religiosidad fervorosa y justificación del dominio. Los textos coloniales son tanto un testimonio histórico como un instrumento de poder cultural, cuya influencia sigue siendo revisada y cuestionada por historiadores y escritores hasta el día de hoy.

La visión española de la Conquista de México, al ser una perspectiva que surge de los vencedores, está inevitablemente teñida por objetivos políticos y sociales. A través de su literatura, se buscaba no solamente registrar los hechos, sino también legitimar y perpetuar una narrativa que favoreciera a los colonizadores. Esta visión ha perdurado, pero sigue siendo de vital importancia estudiar estos textos con una actitud crítica, consciente de sus limitaciones y sesgos, para poder reconstruir una historia más justa y completa que incluya las voces y experiencias de todos los actores involucrados.

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