María Sabina, conocida como la "Sabia de los hongos", fue una curandera y chamana indígena mexicana de la etnia mazateca que se destacó por su conocimiento ancestral sobre los hongos psilocibios y su uso en ceremonias rituales. Nació en 1894 en la comunidad de Huautla de Jiménez, en el estado de Oaxaca, en el sur de México. Desde temprana edad, Sabina mostró un interés y habilidad innata para el mundo de la curación y la espiritualidad.
María Sabina provenía de una familia de chamanes y curanderos, y fue iniciada en los secretos de la medicina tradicional mazateca desde su infancia. A través de la ingestión de los hongos sagrados, Sabina afirmaba tener una conexión directa con los dioses y los espíritus, lo que le permitía acceder a conocimientos y poderes sobrenaturales. Estas ceremonias de consumo de hongos eran consideradas sagradas y se realizaban en busca de curación, liberación espiritual y respuestas a preguntas existenciales.
La fama de María Sabina como curandera se extendió rápidamente por la región y atrajo la atención de investigadores y buscadores espirituales de todo el mundo. A mediados del siglo XX, una figura importante en la divulgación de los conocimientos chamánicos de Sabina fue el etnomicólogo R. Gordon Wasson, quien la visitó en varias ocasiones y se convirtió en uno de sus principales defensores y promotores. A través de los escritos de Wasson y otros investigadores, María Sabina se convirtió en un icono de la cultura psicodélica y la búsqueda espiritual de la década de 1960.
Sin embargo, la fama y popularidad que atrajo la curandera también tuvo consecuencias negativas para María Sabina y su comunidad. A medida que más personas llegaban a Huautla de Jiménez en busca de experiencias psicodélicas, los hongos sagrados empezaron a escasear debido a la sobreexplotación. Además, algunas personas no respetaban las normas y rituales tradicionales, lo que causó molestia y ofensa entre los mazatecos.
Como resultado de estos conflictos, María Sabina fue objeto de discriminación y represión por parte de las autoridades tanto religiosas como políticas. En 1962, fue arrestada y sometida a tortura física y psicológica con el fin de que revelara los secretos de su conocimiento chamánico. A pesar de la presión a la que fue sometida, Sabina se negó a revelar sus secretos, defendiendo la importancia del respeto y la integridad de los rituales tradicionales.
Después de su arresto, María Sabina vivió en condiciones difíciles y enfrentó la pobreza. A pesar de ello, siguió siendo una figura respetada dentro de su comunidad y continuó realizando sus ceremonias chamánicas hasta su muerte en 1985. A lo largo de su vida, María Sabina se enfrentó a numerosos desafíos y dificultades, pero su determinación y sabiduría la convirtieron en una figura legendaria en la historia de la medicina tradicional y la espiritualidad mexicana.
En los últimos años, se ha llevado a cabo una revalorización de la figura de María Sabina y su legado. Se han realizado proyectos para preservar y difundir sus conocimientos chamánicos, así como para concientizar sobre la importancia de proteger los recursos naturales y las tradiciones culturales de las comunidades indígenas. A través de estas iniciativas, se busca honrar la memoria de María Sabina y reconocer su invaluable contribución al patrimonio cultural de México.