La Reforma en México, que tuvo lugar a mediados del siglo XIX, fue un periodo de cambios profundos en diversos aspectos de la sociedad mexicana. Uno de los rubros más afectados fue la educación, ya que los reformadores consideraban que esta era una herramienta fundamental para transformar a la población y construir una nueva nación. Es así como se llevó a cabo la creación del sistema educativo nacional en México, un proceso complejo que sentó las bases para la educación moderna en nuestro país.
Antes de la Reforma, la educación en México estaba en manos de la Iglesia Católica, que tenía el control absoluto sobre el contenido y la dirección de la enseñanza. Sin embargo, los reformadores consideraban que la educación debía ser laica, es decir, desligada de cualquier doctrina religiosa, con el fin de promover la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos, sin importar su religión.
El primer paso hacia la creación del sistema educativo nacional fue la Ley Juárez, promulgada en 1856 por el presidente Benito Juárez. Esta ley separó oficialmente la Iglesia y el Estado, y estableció que la educación sería laica y gratuita. Sin embargo, fue hasta la promulgación de la Ley de Instrucción Pública de 1867 que se sentaron las bases para el sistema educativo moderno.
Esta ley estableció que la educación sería obligatoria, laica y gratuita para todos los ciudadanos mexicanos. También creó las escuelas primarias, secundarias y normales, que se encargarían de formar a los ciudadanos mexicanos en los principios de la democracia y el republicanismo. Además, se estableció el currículum nacional, que abarcaba materias como lectura, escritura, matemáticas, historia, geografía y ciencias naturales.
La implementación de esta ley fue un proceso gradual, ya que se requería de una infraestructura educativa adecuada y de maestros preparados para impartir la enseñanza. Por ello, se crearon las Escuelas Normales, instituciones encargadas de formar a los futuros maestros y maestras. Estas escuelas promovían una enseñanza integral, que abarcaba no solo conocimientos académicos, sino también principios éticos y cívicos.
Con el tiempo, el sistema educativo nacional se fue expandiendo a lo largo del territorio mexicano, llegando incluso a zonas rurales y alejadas. Esta expansión fue posible gracias a la construcción de nuevas escuelas y a la capacitación de más maestros. Además, se promovió la enseñanza en lenguas indígenas, con el fin de preservar y valorar la diversidad cultural de México.
Cabe destacar que la creación del sistema educativo nacional en México no estuvo exenta de desafíos y resistencias. La Iglesia Católica, por ejemplo, se opuso fuertemente a la educación laica, ya que consideraba que esto socavaba su poder e influencia sobre la sociedad. Sin embargo, los reformadores perseveraron en su objetivo de construir una educación moderna y laica, convencidos de que esta era fundamental para el progreso y la transformación de México.
En conclusión, la creación del sistema educativo nacional en México fue un proceso complejo y gradual, llevado a cabo durante el periodo de la Reforma. Este sistema sentó las bases para una educación laica, obligatoria y gratuita, y tuvo como objetivo formar a los ciudadanos mexicanos en los principios de la democracia y el republicanismo. A pesar de los desafíos y resistencias, el sistema educativo nacional se expandió a lo largo del territorio mexicano, llegando incluso a zonas rurales y alejadas. Hoy en día, la educación sigue siendo un pilar fundamental para el desarrollo de México.
