Sor Andrea de la Asunción, cuyo nombre de nacimiento era María Andrea de la Concepción Damián y Arellano, fue una destacada figura en la historia de México durante el siglo XVIII. Nació el 23 de noviembre de 1703 en la ciudad de Querétaro, siendo hija de una familia acomodada y bien educada. Desde temprana edad, mostró gran inclinación hacia la vida religiosa y en 1719 ingresó al convento de las Carmelitas Descalzas en la misma ciudad.
Sor Andrea de la Asunción se distinguió por su inteligencia y devoción en el convento, siendo una de las religiosas más destacadas de su comunidad. Fue reconocida por su profundo conocimiento teológico y su habilidad para la escritura. A lo largo de su vida, escribió numerosos tratados espirituales y cartas, que le valieron el reconocimiento y la admiración de sus contemporáneos.
Su obra más importante, "Tratado de la oración", fue publicada en 1748 y se convirtió en un referente en la literatura religiosa de la época. En este tratado, Sor Andrea de la Asunción aborda el tema de la oración desde diversas perspectivas y ofrece consejos prácticos para mejorar la vida espiritual. Su obra fue muy apreciada por su enfoque práctico y su profundo conocimiento de los escritos de los grandes místicos y teólogos de la Iglesia.
Además de su labor como escritora, Sor Andrea de la Asunción también desempeñó un papel importante como educadora en el convento. Fue responsable de la formación espiritual de las novicias y se ocupó de su educación en la teología y en otros aspectos de la vida religiosa. En reconocimiento a su labor docente, fue nombrada en varias ocasiones maestra de novicias y vicaria del convento.
Sor Andrea de la Asunción también fue conocida por su compromiso con la caridad y la ayuda a los más necesitados. Durante las epidemias que azotaron la ciudad de Querétaro en su tiempo, se destacó por su dedicación y entrega en la atención a los enfermos y en la distribución de alimentos a los más desfavorecidos. Su labor humanitaria le valió el reconocimiento de las autoridades civiles y religiosas.
A lo largo de su vida, Sor Andrea de la Asunción fue una figura respetada y admirada tanto dentro como fuera del convento. Su sabiduría y rectitud moral le valieron una gran reputación entre sus contemporáneos. Fue consultada por importantes personalidades de la época, incluyendo al obispo de Querétaro, para asesorar en cuestiones teológicas y morales.
Sor Andrea de la Asunción falleció el 14 de diciembre de 1771 en el convento de las Carmelitas Descalzas de Querétaro. Su legado como escritora y educadora ha perdurado a lo largo de los años, y su obra continúa siendo estudiada y valorada por su aporte a la literatura religiosa de México.
En resumen, Sor Andrea de la Asunción fue una figura destacada en la historia de México durante el siglo XVIII. Su labor como escritora, educadora y filántropa la convirtió en una personalidad respetada y admirada por sus contemporáneos. Su obra trascendió su tiempo y continúa siendo valorada por su aporte al conocimiento teológico y espiritual. Sor Andrea de la Asunción dejó un legado perdurable en la historia de México y en la historia de la Iglesia Católica.