El gobierno de Agustín de Iturbide marcó un período crucial en la historia de México. Agustín de Iturbide, cuyo nombre completo era Agustín Cosme Damián de Iturbide y Arámburu, gobernó como emperador de México desde el 19 de mayo de 1822 hasta el 19 de marzo de 1823.
Iturbide es conocido por su papel en la consumación de la independencia de México y por proclamarse a sí mismo como emperador de México bajo el título de Agustín I. Su gobierno se caracterizó por la promulgación del Plan de Iguala, que estableció las bases para la independencia de México y propuso una monarquía moderada con Iturbide como emperador.
Durante su breve mandato, Iturbide se esforzó por unificar al país y establecer una estabilidad política. Sin embargo, su gobierno enfrentó numerosos desafíos, incluyendo tensiones internas y descontento popular. Esto llevó a su abdicación y al fin del imperio mexicano en 1823.
A pesar de la corta duración de su gobierno, el legado de Agustín de Iturbide es significativo en la historia de México. Su papel en la independencia y su intento de establecer un gobierno monárquico dejaron una huella duradera en la historia política del país.
Es importante destacar que el gobierno de Agustín de Iturbide fue un momento de transición y redefinición para México, en el cual se sentaron las bases para la posterior evolución hacia una república democrática.
