El papel de Agustín de Iturbide en la promulgación de la Constitución de 1824 en México

Agustín de Iturbide fue una figura clave en la historia de México, especialmente en lo que respecta a la promulgación de la Constitución de 1824. A pesar de que había sido proclamado emperador en 1822, Iturbide se encontraba en una posición complicada debido a la falta de apoyo popular y el descontento generalizado. Ante esta situación, Iturbide decidió abdicar al trono en marzo de 1823 y se exilió en Europa. Sin embargo, la situación en México seguía siendo compleja, con diversas facciones políticas y militares pugnando por el poder. Iturbide, desde su exilio, seguía siendo una figura influyente y sus seguidores comenzaron a presionar para que regresara al país y encabezara un movimiento para restablecer la monarquía. Iturbide regresó a México en julio de 1824 y se encontró con una escena política completamente distinta a la que había dejado meses atrás. En su ausencia, se había instalado un Congreso Constituyente con el objetivo de redactar una nueva constitución para el país. Esta constitución, conocida como la Constitución de 1824, establecería una república federal en México y sentaría las bases de la organización política del país durante muchos años. Iturbide, lejos de intentar restablecer la monarquía, decidió sumarse a los esfuerzos del Congreso Constituyente y apoyar la promulgación de la nueva constitución. La presencia de Iturbide en México generó gran expectativa y algunos sectores de la sociedad veían en él una figura capaz de unificar y pacificar al país. Sin embargo, Iturbide se mantuvo alejado de la política partidista y se dedicó principalmente a promover la reconciliación nacional y a dar apoyo al Congreso Constituyente en la redacción de la nueva constitución. Uno de los aspectos más importantes del papel de Iturbide en la promulgación de la Constitución de 1824 fue su capacidad para convencer a los sectores más conservadores de la sociedad de aceptar una forma de gobierno republicana. Iturbide, antes de regresar a México, había expresado su voluntad de seguir el modelo constitucional español, que era una monarquía limitada. Sin embargo, al ver la situación política del país, decidió adaptarse a las circunstancias y aceptar la forma de gobierno republicana que estaba siendo propuesta por el Congreso Constituyente. Asimismo, Iturbide fue un defensor de la centralización del poder en el gobierno federal. En un momento en el que diversas provincias del país estaban buscando mayor autonomía y poder local, Iturbide abogó por la necesidad de mantener una estructura centralizada que permitiera la unidad y estabilidad del país. Esta postura fue fundamental en la redacción de la Constitución de 1824, que estableció una república federal pero con importantes facultades para el gobierno central. Además de su papel en la redacción de la Constitución de 1824, Iturbide también tuvo una influencia significativa en la promulgación y aceptación de la Ley de Amnistía, que buscaba reconciliar a los diferentes bandos políticos y evitar la persecución de aquellos que habían participado en la lucha por la independencia de México. Iturbide, a través de su liderazgo y su capacidad de convocatoria, logró que esta ley fuera aprobada y contribuyó a sentar las bases para la pacificación del país. Sin embargo, a pesar de su contribución a la promulgación de la Constitución de 1824, el papel de Iturbide en la política mexicana fue efímero. Poco tiempo después de su regreso a México, fue acusado de conspirar contra el gobierno republicano y fue ejecutado en julio de 1824. A pesar de su trágico final, el legado de Iturbide en la promulgación de la Constitución de 1824 perdura hasta el día de hoy, ya que su voluntad de aceptar una forma de gobierno republicana y de abogar por la centralización del poder fueron fundamentales en la formación del sistema político mexicano.

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